

Casa Yerbabuena
Ubicada en la cima de una colina con vista privilegiada a los valles verdes de Altos de Yerbabuena, esta residencia se alza como un manifiesto de la arquitectura contemporánea andina, fusionando la solidez del ladrillo a la vista con la calidez de la madera y la transparencia del vidrio en una composición que dialoga armoniosamente con el paisaje circundante.
La volumetría escalonada de la casa responde a la topografía del terreno, integrándose sutilmente al declive natural y permitiendo que cada nivel disfrute de vistas ininterrumpidas hacia las montañas del oriente bogotano. La fachada principal se define por un gran ventanal de doble altura, enmarcado en madera, que baña de luz natural la zona social e integra visualmente el interior con el entorno.
El juego de volúmenes rectilíneos y techos inclinados aporta dinamismo a la composición, mientras que las terrazas voladas y balcones perimetrales ofrecen espacios intermedios ideales para contemplar los atardeceres de la sabana. La materialidad —predominantemente ladrillo artesanal en tonos cálidos— evoca una estética atemporal que se enraíza en la tradición arquitectónica colombiana, pero reinterpretada bajo un enfoque moderno.
La estructura aprovecha la orientación solar para lograr eficiencia térmica, mientras que la apertura de los ventanales favorece la ventilación cruzada. En su interior, los espacios se distribuyen en una planta fluida, donde las zonas comunes, íntimas y de servicio se conectan sin perder privacidad, manteniendo una escala humana a pesar de la monumentalidad de la construcción.
Esta casa no solo es un refugio en medio de la naturaleza, sino también una obra que celebra la relación entre la arquitectura y el paisaje, entre la materia y la luz, entre lo íntimo y lo abierto.